MILEI NO SABE LEER
“AH PERO CRISTINA”

Una de las cosas más novedosas de Milei, no son las ideas económicas. Sino algo más trivial, más guarro como le gusta a él. Y es lo siguiente: como él te putea y te carajea, te habilita a que vos puedas hacer lo mismo sin culpa por su investidura. Así, usando su mismo lenguaje (razón por la cual no podría enojarse), ¿para qué carajos cree Milei que fue elegido? ¿Qué lectura hace del mensaje de la gente al elegirlo?.

Por: 17-10.arg

29.06.2024

Siguiendo el léxico presidencial, cuando hubo alternativas para elegir, la elección por Milei no llegó al 30 %. Recién en el mano a mano del ballotage y frente al fracaso rotundo de Alberto Fernandez, Milei supero el 50 %. Pero pareciera ser que la lectura que hace Milei es que esa elección así sin más lo ha convertido en un líder mundial, en un predicador, en un mesías de la libertad como él mismo dice, a nivel planetario.

Reitero, siguiendo el propio léxico del presidente: avísenle que, a pesar de sus trolls, periodistas y dirigentes que lo festejan o le toleran lo inadmisible, es un líder pedorro, playito desde lo intelectual, sin logros. Y además avísenle que se le escapa la tortuga.

“Si un tipo se está muriendo de hambre, de alguna manera va a decidir algo para no morirse. No necesito intervenir. Alguien lo va a resolver” fue conceptualmente la respuesta de Milei en Stanford ante una inocente pregunta de un estudiante. Una pedorrada desde lo teórico y super cruel desde lo humano.

Milei no tiene soluciones, pero lo peor es que no tiene respeto, ni la más mínima empatía. Y lo terrorífico es que no le importa. Da la impresión que no le importa gobernar. Porque él está en otra liga, para otras cosas.

Creo que muy pronto se verán actitudes políticas verdaderamente suicidas porque al Presidente no le importa siquiera terminar su mandato. O sea, en tan solo unos meses se pasó de los peligros de un golpe institucional de sus enemigos a los peligros de un abandono voluntario del gobierno por falta de interés.

Quizás Milei se encontró con que gobernar no es tan divertido, que ese trabajo no era para él, que se trata de algo menor y que en realidad está para otras cosas.

Y a sus trolls hay que avisarles que el “Ah pero Cristina” o el “Ah pero Alberto” tienen fecha cercana de vencimiento. Se les pudre el yogurt amigos.

Para terminar, esto no tiene nada que ver con la libertad, ni con la casta, ni con la herencia. Es un asunto de actitud.

Gobierne Presidente, dedíquese al trabajo, ofrezca soluciones, muestre un camino, sea empático con el que la pasa mal. Involúcrese. Y si no piensa hacerlo por las razones que sea, usando su propio léxico presidencial, váyase al carajo. Y en ese caso, cuanto antes mejor.