El bueno de Posse se compró unos buenos trajes a medida, se fue un par de veces a Washington, ensayó dar una imagen de dandy intocable, y con su mudez un aire de misterio chic. Pobre Posse, terminó confirmando lo que todos saben : que en el gobierno de Milei nadie sabe ni donde está el timbre. Es más, que muchos no saben ni para qué están. Y que era un inutil más de tantos otros.

Es que este es un gobierno raro. En él, que no te conozca nadie, que no tengas pasado o que no sepas nada del metié, es un activo. O era, no se sabe.

La solución a Posse, poner a un veterano menemista (remenber, de tercera línea) que a la fecha no ha logrado nada concreto como ministro del Interior. No hay leyes, no hay Pacto, no hay diálogo, no hay propuesta. No hay nada. O sea, al que no logró nada todavía lo ascendieron a Jefe. Eso es lo que tienen?

Ojalá que le vaya bien al pobre Francos. A sus años y por lo que le espera, quizás deba reforzar su dosis de Redoxón cada mañana.

Ahora que es el Uno de la Administración Pública Nacional debería avisarle a su jefe que viene el lobo. Y que en el mar de sandeces y cosas inútiles que irradia a diario, este le crea.

Hay que enfrentarlo o huir.

Y ya no quedan más chivos. Al primero y último que tenían lo entregaron ayer.